Artículo escrito por el Dr.Ricardo Bartel, Otorrinolaringólogo especializado en Otología y Cirugía Endoscópica de Oído y Rinología y Cirugía Endoscópica Nasosinusal. Hospital Universitari de Bellvitge y Àptima Centre Clinic Mutua Terrassa.
La otitis externa, conocida también como “oído del nadador”, es una infección del canal auditivo externo (CAE), un canal que va desde la entrada en el pabellón auricular hasta la membrana timpánica.
Habitualmente es producida por restos de agua que quedan dentro del canal, creando un caldo de cultivo para que las bacterias proliferen.
El uso de bastoncillos u otros objetos dentro del canal auditivo externo también puede producir este tipo de infecciones, ya que dañan la piel dentro del canal y estas heridas se sobreinfectan.
Habitualmente es una infección leve y el tratamiento habitual es con gotas antibióticas. Este cuadro clínico es típicamente estacional durante el verano.
¿Cómo saber si tengo otitis externa? Síntomas
Los síntomas suelen ser suaves en un principio, pero pueden empeorar si esta no es tratada a tiempo. El síntoma cardinal es la otalgia (dolor en el oído), este es como un pinchazo que empeora al tocarnos o movilizar el pabellón auricular. La entrada del canal puede verse eritematosa (enrojecida).
Si la infección progresa, puede incluso haber supuración del conducto, disminución de la audición e incluso verse afectado el cartílago de la aurícula (condritis).
¿Cuáles son las causas de la otitis externa?
Lo más frecuente es que sea una infección de causa bacteriana. Es mucho menos frecuente que sea de causa fúngica (hongos) o virales.
El oído externo tiene defensas naturales que ayudan a mantenerlo limpio y previenen infecciones. El canal auditivo externo tiene glándulas que generan cerumen. Estas secreciones repelen el agua y generan una capa protectora de la piel del oído. El cerumen es ligeramente ácido, lo que hace que se evite el sobrecrecimiento bacteriano.
Si la infección se ha producido, esto quiere decir que las defensas naturales han sido sobrepasadas, y esto se ha producido por exceso de humedad en el oído, porque se han producido heridas en la piel del CAE o por reacciones alérgicas o descamaciones de la misma piel.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la otitis externa?
Los factores de riesgo más frecuentes para tener este tipo de patología son ser nadador o una limpieza agresiva del canal auditivo externo (bastoncillos u otros objetos) o utilizar audífonos.
¿Cómo se diagnostica la otitis externa?
Habitualmente el diagnóstico de la otitis externa se realiza en la consulta. Si la infección está avanzada o es persistente a pesar del tratamiento, puede que se requieran más estudios.
A la otoscópica lo más probable es que el canal auditivo externo esté eritematoso (enrojecido) e inflamado, puede que haya restos de piel o incluso algo de supuración.
Será importante mirar la membrana timpánica para estar seguros de que se encuentra sin patología.
En caso de verlo necesario, puede que se realice un cultivo del exudado del canal auditivo externo para enviarlo a cultivo. Habitualmente sólo se realiza en cuadros resistentes al tratamiento inicial.
Tratamiento para la otitis externa
El objetivo del tratamiento es curar la infección y permitir al oído que se recupere. Limpiar el conducto es muy importante para permitir que las gotas con antibiótico puedan hacer efecto correctamente.
El tratamiento ideal corresponde a la administración de antibiótico por vía tópica (habitualmente en gotas óticas). Dependido de la gravedad de la infección, estas gotas puede contener:
- Solución ácida para restaurar el ambiente antimicrobiano natural de CAE.
- Corticoides tópicos como antiinflamatorios.
- Antifúngicos en caso de sospecha de una otitis por hongos.
- Antibióticos para tratar bacterias.
A veces el canal puede estar completamente cerrado por la misma inflamación o bien por un exceso de supuración. En esos casos puede ser que tu otorrino tenga que insertar algún elemento tipo algodón para garantizar que el antibiótico tópico llegue correctamente dentro del canal.
En caso de tener una infección más avanzada, o que la vía de administración tópica no sea la adecuada, también se pueden utilizar antibióticos sistémicos (vía oral).
Mientras dure el tratamiento es importante evitar mojar los oídos, ya que eso dificulta el proceso curativo.
Qué complicaciones puede tener la otitis externa
Como cualquier patología, la otitis externa si no es tratada a tiempo se puede complicar. Las complicaciones más frecuentes pueden ser:
- Pérdida transitoria de audición, mientras el canal auditivo externo se encuentra más inflamado (y cerrado), es probable que haya disminución de la audición asociada, esta suele mejorar rápidamente con tratamiento adecuado.
- Cronificación de la infección: se suele considerar una otitis externa crónica si el proceso dura más de 12 semanas. Esto suele ocurrir en pacientes con algún grado de inmunosupresión y características especiales en la piel del canal, como los eczemas o la psoriasis.
- Condritis: si no se trata correctamente, la infección de la piel del canal auditivo externo puede extenderse al cartílago de la aurícula, provocando una condritis (oreja en coliflor).
- Otitis externa necrotizante: en paciente diabéticos o inmunodeprimidos, la otitis externa puede evolucionar a una osteomielitis de la base del cráneo. Esta es una forma agresiva y grave que requiere tratamiento a largo plazo.
Cómo prevenir la otitis externa
Los métodos de prevención son relativamente simples.
- Intente mantener las orejas secas, solo secando la parte exterior con una toalla.
- No introducir ningún instrumento dentro del canal auditivo externo.
- Protegerse los oídos contra los irritantes, en caso de usar productos para el pelo, intentar ponerse un tapón mientras se estén aplicando estos mismos.
- Si tiene problemas recurrentes, nadar con tapones para evitar que entre agua es un método eficaz de prevención.