Artículo escrito por la Dra. Zenaida Piñeiro. PhD MD Otorrinolaringología. Médico adjunto en el Hospital del Mar. Barcelona.
La misofonía tiene como origen etimológico dos palabras griegas que significan “odio al sonido”. No debe confundirse con hiperacusia, que sería una alta sensibilidad al sonido, pero siempre de forma general, a todos los sonidos. Tampoco con la algiacusia que significaría “dolor con el ruído”, que está más en el espectro de la hiperacusia.
La misofonía es una alteración neurológica que se presenta como una alta sensibilidad a un sonido concreto. Se cree que el problema de base no se encuentra en nuestros oídos, sino en el sistema nervioso central y en su forma de interpretar los sonidos. Se postula que una posible causa es la asociación emocional que tiene el paciente con el sonido. Por ejemplo: traumas de la infancia, asociación con alguna situación estresante… Nuestro oído está conectado con el sistema límbico, el de las emociones, por tanto, la reacción emocional a un sonido es algo natural. Por suerte muchas veces la reacción emocional es agradable, buena (nos podemos emocionar con una música que nos recuerda a algo bueno). En el caso de la misofonía es todo lo contrario. Así el paciente tiene una mala tolerancia de algunos sonidos concretos, que no dependen del volumen de los mismos ni de las características del sonido. Estos sonidos desencadenan en el paciente problemas de ansiedad principalmente.
Existen sonidos que pueden desencadenar reacciones emocionales exageradas de ira o incluso pánico. Algunos de los sonidos que son referidos en nuestras consultas de otorrinolaringología como “odiosos” o misofónicos son: llanto de los bebés, ronquidos, ruidos producidos por animales, lugares concurridos con muchas voces a la vez, sonidos del ambiente como llamadas de teléfono…
El tratamiento de la misofonía como tal, con intención curativa, no existe. Pero se recomienda a los pacientes realizar tratamiento psicológico para poder “entrenar” a nuestro cerebro y que no considere molestos estos sonidos. Algunas veces la misofonía puede estar causada por algún trastorno psicológico o psiquiátrico que también requeriría la opinión de un experto y el tratamiento de la causa.
Cualquier persona con alguna alteración psicofuncional podría, potencialmente, desarrollar una misofonía.
Es importante explicar a los demás lo que nos ocurre si sufrimos este problema para que se puedan evitar los sonidos molestos para el que lo padece, en la medida que sea posible.
Además del artículo escrito por la Dra. Zenaida Piñeiro, desde Aural queremos contestar a las siguientes preguntas frecuentes que nos dirigen los usuarios que nos contactan, pidiendo más informaciones sobre misofonia
¿Qué siente una persona con misofonía?
La misofonía es un trastorno en el que ciertos sonidos desencadenan respuestas emocionales y fisiológicas intensas y a menudo negativas en la persona que lo padece. Aquí hay algunos aspectos clave sobre cómo se siente una persona con misofonía:
Irritación o Enfado Intenso: Los sonidos específicos, como masticar, respirar fuerte o el clic de un bolígrafo, pueden provocar una reacción de irritación o enfado desproporcionado.
Ansiedad: La anticipación de estar expuesto a estos sonidos puede causar ansiedad y estrés. La persona puede preocuparse constantemente por encontrarse en situaciones donde estos sonidos puedan ocurrir.
Respuesta Física: Además de la irritación emocional, puede haber una respuesta física como tensión muscular, aumento del ritmo cardíaco o sudoración.
Evitación: Las personas con misofonía a menudo evitan situaciones en las que podrían encontrarse con sus sonidos desencadenantes. Esto puede incluir evitar comer con otras personas, usar auriculares con frecuencia, o limitar su participación en eventos sociales.
Impacto en las Relaciones: La misofonía puede afectar las relaciones personales, ya que los seres queridos pueden no entender la intensidad de la reacción a ciertos sonidos.
Frustración y Desamparo: Puede haber sentimientos de frustración por no poder controlar su reacción a estos sonidos y un sentimiento de desamparo por la dificultad para evitarlos en la vida diaria.
Reacciones Involuntarias: Las respuestas a los sonidos desencadenantes son a menudo automáticas e involuntarias, lo que puede hacer que la persona se sienta fuera de control.
Es importante recordar que la misofonía varía en severidad entre individuos, y lo que puede ser un leve irritante para uno, puede ser extremadamente perturbador para otro. La comprensión y el apoyo de familiares, amigos y profesionales de la salud son cruciales para ayudar a las personas con misofonía a manejar sus síntomas.
¿Por qué se produce la misofonía?
La misofonía es un trastorno relativamente poco comprendido y su causa exacta aún no se ha determinado completamente. Sin embargo, hay varias teorías y hallazgos de investigación que sugieren posibles factores contribuyentes:
Neurología y Conexiones Cerebrales: Algunos estudios sugieren que la misofonía puede estar relacionada con la forma en que el cerebro procesa el sonido. Las investigaciones han mostrado diferencias en la actividad de ciertas áreas del cerebro, como el córtex auditivo y las regiones límbicas, que están involucradas en el procesamiento emocional. Esto podría explicar la intensa respuesta emocional a ciertos sonidos.
Hipersensibilidad Sensorial: La misofonía puede ser una forma de hipersensibilidad sensorial, donde el cerebro reacciona de manera exagerada a estímulos sensoriales específicos. Esto es similar a lo que ocurre en otros trastornos sensoriales.
Experiencias Pasadas y Condicionamiento: Algunas teorías sugieren que la misofonía puede desarrollarse a través de un condicionamiento negativo. Por ejemplo, si un sonido se asocia repetidamente con una experiencia negativa o estresante, el cerebro puede aprender a reaccionar a ese sonido con irritación o ansiedad.
Factores Genéticos: Hay indicios de que la misofonía puede tener un componente genético, aunque se necesita más investigación para comprender mejor esta conexión.
Problemas de Salud Mental: La misofonía a veces se asocia con trastornos de salud mental como la ansiedad, la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Sin embargo, no está claro si estos trastornos contribuyen a la causa de la misofonía o si son consecuencia de vivir con el trastorno.
Desarrollo Temprano: Algunos expertos sugieren que la misofonía puede desarrollarse en la infancia o la adolescencia, pero aún no está claro por qué algunos niños desarrollan este trastorno y otros no.
Respuesta al Estrés: La misofonía también podría estar relacionada con la forma en que el cuerpo y el cerebro responden al estrés. Las personas con misofonía a menudo muestran una respuesta de estrés más intensa a los sonidos desencadenantes.
Es importante destacar que la misofonía es un trastorno complejo y probablemente multifactorial, lo que significa que puede haber varias causas y factores contribuyentes. La investigación continúa en este campo para obtener una mejor comprensión de la misofonía y cómo tratarla de manera efectiva.
¿Cómo se puede tratar la misofonia?
El tratamiento de la misofonía puede ser un desafío, ya que no existe un enfoque único que funcione para todos. Sin embargo, hay varias estrategias y tratamientos que pueden ayudar a manejar los síntomas:
Terapia de Sonido: Algunos especialistas utilizan la terapia de sonido para ayudar a las personas con misofonía. Esto puede incluir el uso de ruido blanco o música para enmascarar los sonidos desencadenantes.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es una forma de psicoterapia que puede ayudar a las personas a cambiar sus respuestas emocionales y de comportamiento a los sonidos desencadenantes. Puede enseñar a los pacientes a manejar su estrés y a modificar sus pensamientos y comportamientos negativos asociados con los sonidos.
Entrenamiento de Relajación y Técnicas de Manejo del Estrés: Técnicas como la meditación, la respiración profunda y la relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir la tensión general y mejorar la capacidad de lidiar con los sonidos desencadenantes.
Desensibilización: Este enfoque implica la exposición gradual y controlada a los sonidos desencadenantes en un entorno seguro para reducir la sensibilidad a estos sonidos con el tiempo.
Asesoramiento y Apoyo: Hablar con un terapeuta o unirse a un grupo de apoyo puede ser útil. Compartir experiencias y estrategias con otras personas que tienen misofonía puede proporcionar consuelo y consejos prácticos.
Protección Auditiva: Algunas personas encuentran útil usar tapones para los oídos o auriculares con cancelación de ruido en situaciones donde es probable que se encuentren con sonidos desencadenantes.
Medicación: Aunque no hay medicamentos específicos para la misofonía, en algunos casos, los medicamentos utilizados para tratar la ansiedad o la depresión pueden ser útiles para controlar los síntomas relacionados.
Educación y Concienciación: Entender la misofonía y educar a los familiares, amigos y compañeros de trabajo sobre el trastorno puede ayudar a crear un entorno más comprensivo y de apoyo.
Terapia Ocupacional: Los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a las personas a desarrollar estrategias para manejar situaciones cotidianas que se ven afectadas por la misofonía.
Es importante que las personas con misofonía busquen ayuda profesional para encontrar el enfoque de tratamiento más efectivo para su situación particular. Un médico o un especialista en salud mental puede proporcionar orientación y referencias a terapeutas que tienen experiencia en el tratamiento de la misofonía.
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Fuentes
- «Misophonia: A Systematic Review of Current and Future Trends in This Emerging Clinical Field» – NCBI: Este estudio proporciona una revisión sistemática de la investigación actual sobre la misofonía, incluyendo su sintomatología, evolución, etiología y criterios diagnósticos. Enlace al estudio.
- «A systematic review of treatments for misophonia» – ScienceDirect: Esta revisión sintetiza la investigación sobre el tratamiento de la misofonía, incluyendo estudios de casos, ensayos abiertos y ensayos controlados aleatorios. Enlace al estudio.
- «The neurophysiological approach to misophonia: Theory and treatment» – Frontiers: Este artículo aborda el enfoque neurofisiológico para entender y tratar la misofonía. Enlace al estudio.
- «Misophonia Studies» – Duke Department of Psychiatry & Behavioral Sciences: Duke University ofrece información sobre estudios en curso relacionados con la misofonía y su tratamiento. Enlace al sitio web.
- «Treatment of Misophonia» – Duke Psychiatry and Behavioral Sciences: Este documento describe la aplicación de dos psicoterapias transdiagnósticas con evidencia emergente en el tratamiento de la misofonía. Enlace al PDF.