Artículo escrito por el Dr. Ángel Rodríguez Paramás, Otorrinolaringólogo especializado en Otología y Cirugía de Cabeza y Cuello, Jefe de Servicio ORL del Hospital Vithas Arturo Soria de Madrid y médico adjunto ORL del Hospital Universitario de Guadalajara.

 

La perforación del tímpano es la rotura o agujero de esa delgada membrana que separa el conducto auditivo externo y el oído medio. El diagnóstico suele ser sencillo, basado en los síntomas que manifieste el paciente, el factor causante y la simple visualización del tímpano con el otoscopio.

¿Cuáles son las causas de una perforación del tímpano?

La infección del oído medio (otitis media aguda) es la causa más frecuente de perforación timpánica, aunque los traumatismos son otra causa muy habitual:

  • Traumatismos directos por un objeto introducido por el conducto como bastoncillos, palillos…
  • Traumatismos acústicos agudos, sonidos muy fuertes como un estallido o disparo.
  • Barotraumatismos, cambios progresivos o bruscos de presión provocados por buceo, vuelo en avión, bofetada o golpe que transmita esa presión hacia la membrana y la desgarre.
  • Traumatismos craneales cerca de la base del cráneo que pueden afectar al oído.

¿Cuáles son los síntomas de que el tímpano se ha perforado?

Tanto la infección como el traumatismo nos generará un dolor intenso, aunque pasajero, ocasionalmente una pequeña secreción de sangre roja por el conducto auditivo (otorragia), y una sensación de taponamiento y pérdida auditiva que persistirán hasta que se solucione la perforación.

Según la intensidad del traumatismo, puede llegar incluso a producir zumbidos (acúfenos), náuseas y vértigos.

¿Cómo se trata una perforación del tímpano?

Las perforaciones traumáticas suelen cerrarse espontáneamente, en pocas semanas y sin necesidad de tratamiento. Una perforación grande, infección o la edad avanzada empeora el pronóstico y puede hacer que no se resuelva en unos meses y requiera una cirugía reparadora llamada miringoplastia.

Conviene tener ciertos cuidados mientras se resuelve, como evitar la entrada de agua en el oído (para evitar infecciones), no sonarse la nariz con fuerza ni contener el estornudo.