Artículo escrito por el Dr.Ricardo Bartel, Otorrinolaringólogo especializado en Otología y Cirugía Endoscópica de Oído y Rinología y Cirugía Endoscópica Nasosinusal. Hospital Universitari de Bellvitge y Àptima Centre Clinic Mutua Terrassa.
La hipoacusia (o sordera) neurosensorial (del oído interno) brusca se denomina sordera súbita. Es una pérdida de audición sin explicación, y rápidamente progresiva de golpe o en pocos días. Esto ocurre porque hay alguna alteración en los órganos sensoriales del oído interno. Frecuentemente afecta solo a un oído.
Las personas con hipoacusia neurosensorial súbita (HNS) suelen descubrir el problema al despertar por la mañana. Otros se dan cuenta cuanto intentan usar el oído afectado, por ejemplo cuando utilizan el teléfono. Otros notan algún sonido o sensación de taponamiento justo antes de que la audición desaparezca.
Además pueden notar uno o más de estos síntomas: oído taponado, acúfenos, vértigos o inestabilidad.
Ocasionalmente los pacientes con hipoacusia súbita demoran su visita al médico ya que piensan que esta sensación es secundaria a algún resfriado, alergias o tapón de oído. A pesar de eso, la hipoacusia súbita se considera una urgencia médica y se debería consultar con el médico lo más rápido posible. A pesar de que aproximadamente la mitad de los pacientes recuperan parte de la audición de manera espontánea dentro de las primeras dos semanas desde el comienzo de los síntomas, retrasar el diagnóstico y tratamiento suele disminuir la efectividad del tratamiento. Tener tratamiento adecuado lo antes posible aumenta de manera importante la posibilidad de recuperar la audición.
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Se estima que la hipoacusia súbita tiene una incidencia de 1 de cada 1000 habitantes por año, pero probablemente es mayor ya que muchas veces no se diagnostica. Le puede pasar a pacientes de cualquier edad pero suele ser más frecuente entre los 40 y los 60 años de edad.
Causas de la sordera súbita
Hay varias causas que pueden ocasionar una hipoacusia súbita, pero se encuentra una causa clara en menos del 10% de los pacientes.
Dentro de estas encontramos:
- Infecciones virales.
- Trauma cráneo encefálico.
- Enfermedades autoinmunes.
- Exposición a ciertos quimioterápicos.
- Exposición a ciertos antibióticos.
- Esclerosis múltiple.
- Enfermedades cardiovasculares.
- Enfermedad de Ménière.
Muchas de las causas van acompañadas de otra sintomatología que podría apuntarnos al correcto diagnóstico.
Cómo se diagnostica la sordera súbita
Lo más importante es diferenciar una hipoacusia neurosensorial de una hipoacusia de transmisión, provocada posiblemente por una obstrucción del oído medio, como cera o fluidos.
Se debe realizar una audiometría en los primeros días del inicio de los síntomas para identificar una hipoacusia neurosensorial.
Con una audiometría el otorrinolaringólogo puede identificar las frecuencias y la gravedad de la pérdida de audición. Una vez diagnosticado de hipoacusia súbita, seguramente se necesitarán más pruebas para intentar encontrar la causa del cuadro clínico. Esto puede incluir una resonancia nuclear magnética, alguna analítica o pruebas de equilibrio.
¿Cómo curar la sordera súbita?
El tratamiento más comúnmente utilizado son los corticosteroides sistémicos. Estos pueden tratar la inflamación del oído interno que es provocada por muchas de las causas mencionadas.
En caso de que los corticosteroides sistémicos fallen como tratamiento, el otorrino puede intentar la administración de corticosteroides intratimpánicos, donde la medicación fluirá desde el oído medio al oído interno.
Para que el tratamiento sea efectivo, este debe ser administrado lo antes posible. Si el tratamiento es demorado por más de dos semanas, es mucho menos probable que sea efectivo.
Si la pérdida de audición es más severa, no responde a tratamiento u ocurre en ambos oídos, la adaptación de audioprótesis (audífonos) puede ser una buena opción o incluso se puede llegar a necesitar implantes cocleares.